Semblanza escrita por la escritora vegabajeña Violeta Ladrón
8 de marzo de 2019, Vega Baja – Decía un gran pensador que: “Las mujeres que ayudan a otras brillar, saben que hay espacio y luz para todas” este pensamiento se podría adaptar a la vida y ejecutoria de esta dama a quien hoy reconocemos por su vida y trayectoria.
Doris Cordero Vega nació en San Juan. Su madre, quien era muy joven partió a los Estados Unidos, dejándola al cuido de una vecina. Posteriormente esta vecina se casa y es cuando la niña pasa a los brazos de don Andrés Cordero y Librada Vega. Tenía Doris un año y medio, este matrimonio vivía en Parcelas Amadeo, Vega Baja y tenía dos hijos naturales: Ángel Andrés Cordero y Norma Cordero. Ella comenta “fui una hija más,
me dieron amor, seguridad, cuidado y sobre todo, besos, trato y cariño por igual”. Fueron sus padres y alega que jamás vio ninguna diferencia ni preferencia en aquel lindo hogar, fue así como llega a esta ciudad. En esta familia aprendió a amar y sentir el cariño sincero de unos padres, hermanos y vecinos. Todo era simple, sano y edificante. Estudió, al igual que sus hermanos, en las escuelas públicas de Vega Baja hasta graduarse de escuela superior en1970.
Doris comenzó a estudiar en la Universidad Central de Bayamón. Como siempre le había gustado ayudar y saber de los problemas que existían en su entorno, encaminó sus pasos hacia el trabajo comunitario graduándose de trabajadora social en 1975.
Comenzó a trabajar como ayudante de maestra en el Programa Head Start en Parcelas Amadeo. Terminó su bachillerato y comenzó a ejercer como maestra hasta 1978.
Esta distinguida dama posee una vasta cronología ascendente en su trayectoria educativa y laboral, porque su vida fue correcta lenta, pero dejando huellas imborrables. Nada la desvió de su norte que siempre miraba como una estrella a seguir desde niña.
Me comenta Doris que fue tan importante y decisiva en su vida el amor de la familia que esto sirvió de base para alcanzar sus sueños y fue por esto que le gustó tanto observar a los niños y su conducta cuando se separan del entorno del hogar. La experiencia de la niñez es clave para desarrollar el carácter de un adulto. Siempre protegió los derechos de los niños porque de esa forma no tenemos necesidad de castigar a los hombres.
Esta cronología de ascensos comienza como ayudante de maestra y terminan como Secretaria Municipal. En este intervalo que compone su vida laboral pasa por el Departamento de la Familia, Programa de Cupones, Trabajadora Social, Supervisora Educativa (1978-1985) reclutada por el entonces alcalde Luis E. Meléndez Cano. El 1985 fue una etapa clave que cambio su rumbo totalmente. Se traslada a los Estados Unidos con su esposo quien era barbero y sus tres hijos al estado de Illinois. Allí vivió once años donde ejerció como maestra de kínder.
Dice la Señora Cordero, que fue una experiencia maravillosa, donde aprendió a relacionarse con seres humanos que le enseñaron orden, respeto y cuido a los animales y a la naturaleza. A petición de sus hijos, que extrañaban a sus abuelos y a sus tíos regresaron a Puerto Rico en el 1996. Adquieren una residencia en la urbanización Brasilia en Vega Baja y comienza a laborar como trabajadora social en el Programa de Head Start. En el 1999 le ofrecen en la posición como coordinadora de la Oficina de Servicio a Personas con Impedimentos (O.S.P.I). En el año 2000 ocupa la posición como Directora de Asuntos de la Familia (D.A.F). De esta época guarda Doris bonitas experiencias y de haber podido a ayudar y poner su granito de arena para mitigar la desesperación de las comunidades marginadas. En el 2005 fue trabajadora social (8 años) en el Centro de Envejecientes Bartolo Joy. Posteriormente el Alcalde entrante Hon. Marcos Cruz Molina, la recluta como ayudante especial, desde ahí supervisa el Departamento Asuntos a la Familia, Departamento de Deporte y Programas Federales.
Con 46 años de servicios, 18 como empleada municipal, se retira de sus labores en junio del 2017. Viuda desde el 2014 con 3 hijos y 3 nietos, con una conciencia tranquila y con la experiencia de haber conocido las raíces de un pueblo luchador y noble; y después de conocer la inquietud y curiosidad de un niño y la soledad, olvido y resignación de un anciano, esta noble mujer muestra un legado de paz, de trabajo bien realizado de caminos rectos y de pequeñas y firmes huellas.
Mujer de cronología recta sin desviar sus pasos bien marcados, dejando una enseñanza para los que suben con el compromiso de utilizar sabiamente las fuerzas y la juventud, porque de eso se trata: DE MENOS HABLAR Y PROPONER Y MÁS HACER Y COCECHAR.
Sabemos que tu compañero de labores y padre de tus hijos el Señor Justino Rodríguez (Boro) está orgulloso de ti. Tus hijos Orville, Dorelis y Glorimar y demás familiares te aplauden en este día y nosotros como pueblo te acogemos, te alabamos y te damos gracias hoy y siempre por las huellas que servirán de guía a estos niños y jóvenes en quien tanto confías.
¡Bendita sea la persona que hace de una niñez difícil y oscura el arte de alcanzar las estrellas!
¡Que Dios te bendiga siempre!